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domingo, 8 de marzo de 2020

LA ACTRIZ ROSARIO PARDO CANDIDATA A LOS PREMIOS MAX POR SU INTERPRETACIÓN DE LA QUESADEÑA JOSEFINA MANRESA EN "LOS DÍAS DE LA NIEVE" QUE ESTRENÓ EN QUESADA EL DÍA 28 DE MARZO DE 2017



"Volver a estar entre las candidatas al Premio Max es un privilegio"


Por Javier Cano - Marzo 07, 202


"Volver a estar entre las candidatas al Premio Max es un privilegio"


La actriz Rosario Pardo (Jaén, 1959) vuelve a estar entre las nominadas a los 'Goya' del teatro nacional gracias a su interpretación de la viuda del poeta Miguel Hernández en Los días de la nieve, la obra del dramaturgo vilcheño Alberto Conejero con la que sigue recorriendo España dos años después de su estreno. Satisfecha, la artista se confiesa "privilegiada" por aspirar de nuevo a este importante galardón y reafirma su querencia a la tierra que la vio nacer.

—Nominada por segundo año consecutivo a los premios más importantes del teatro español. ¿Cómo sienta eso de repetir candidatura entre lo más granado de la escena nacional?

—La verdad es que estoy muy contenta. Además yo no me había enterado de nada; el año pasado sí preparamos los papeles para los Max, pero este ha sido mi distribuidora, no sabía nada, así que me ha pillado por sorpresa.

—¿Empieza a sentirse ya como Borges y su eterna candidatura al Nobel, o cree que podrá tenerlo entre las manos este año?

—Yo qué se, pero la verdad es que no me lo planteo, porque leo los nombres de las compañeras que estamos nominadas y son todas buenísimas, estupendas.

—La competencia es dura este año...

—Sí, claro; por ejemplo, está Carmen Gallardo, de Atalaya; el año pasado nos llevamos el Premio Lorca ex aequo, y he visto cuatro o cinco más que madre mía... 
 —¿Le hace especial ilusión la posibilidad de ganar el Max este año?

—Los premios son siempre reconocimientos al trabajo; entonces, si te lo llevas, mire usted qué bien pero si no te lo llevas, ya el simple hecho de ser candidata es importante. Además es hay muchísimas obras en cartel, yo este año he ido muchísimo al teatro y he visto cosas muy buenas; que de pronto estés ahí, entre esas veinte elegidas, a mí ya me parece un privilegio total, de verdad. Luego, lo que yo digo, estas cosas de los premios son muy relativas, pero que en principio se acuerden de ti para esta candidatura es fantástico.

—Y con una obra y un papel ya emblemáticos en su carrera, que dos años después de su estreno continúa en cartel.

—Sí, porque se sigue vendiendo. Es una obra que a mí me resulta fácil distribuirla, no hay más actores. Quieras que no, a nosotros nos influye el coronavirus, la crisis, que los presupuestos no esten firmados..., el panorama, pero como se sigue vendiendo y a mí me encnata hacerlo, seguimos con la obra.

—¿Imaginaba usted que estaría haciendo de Josefina Manresa también en 2020?

—La verdad es que no. No sé, hay otros proyectos que son como más grandes, pero este era muy pequeño cuando empezamos. Pensé que íbamos a hacer Jaén, que se iban a vender algunas funciones fuera y ya está, lo que pasa es que luego ha funcionado muy bien, a la gente le gusta; además está la candidatura a los Max el año pasado, los Premios Andaluces Lorca, que nos llevamos, hemos tenido buena crítica en Madrid... Todo eso influye a la hora de darnos impulso.

 
Rosario Pardo, entre los galardonados con los Premios Zabaleta de 2019 en Quesada.

—¿Dónde hay que ir para ver Los días de la nieve ahora mismo?

—Ahora mismo tenemos dos funciones en Valencia a finales de este mes, luego el festival de Segovia, Alcalá de Henares, cuatro días en Sevilla, Las Palmas de Gran Canaria... Eso ahora mismo, porque hay cosas vendidas también para octubre y noviembre. Hay un 'chorreíllo' de funciones que no para.

—¿Cuál es el secreto del éxito de esta obra?

—Que habla de una mujer de posguerra, de las que se ha hablado poco; eso es lo que yo creo que más atrae. Impresiona mucho al público, es un personaje muy dramático, pero te ríes con ella y lloras con ella. El público neesita esa catarsis, esas verdades, en una historia que a todo el mundo le toca. ¿Quién no tiene una abuela o una madre que ha pasado por ahí, con la máquina Singer, una posguerra muy dura...? Pero ella lo cuenta con cierta dignidad, desde el perdón, desde algo que ha pasado, sin tener que dar más explicaciones. Eso llena muchísimo a la gente, y lo agradece. Me sorprende cuando salgo fuera y veo gente llorando, que te espera y te hace comentarios maravillosos. Creo que es lo más bonito que me ha pasado en teatro, ver cómo esa gente reacciona.

—¿Le costó mucho interiorizar el personaje de la viuda del poeta Miguel Hernández, la quesadeña Josefina Manresa?

—Te tienes que meter siempre en los personajes, y en este caso, en un personaje del que hay referencias, que existió realmente. He tenido que llevarla a mi terreno del teatro porque era una mujer seca, dura de carácter, y he tenido que suavizarla porque tampoco era plan de mostrar esa cara; era parca en palabras, y esto dura una hora y cuarto. Pero viendo todo lo que escribió, lo que se publicó de ella, creo que al finas he dado con ciertas claves como para que el texto pueda llegar al público de una manera más o menos fidedigna. Sus sobrinos fueron a ver la obra a un pueblo de la sierra de Madrid y me felicitaron, decían que era el trabajo que mas se acercaba a Josefina. Me dejaron muy contenta.

—Hablando de la provincia... ¿Cómo están sus 'relaciones' con Jaén?

—Mis relaciones con Jaén son siempre un tira y afloja; ayer mismo vine de Jaén, he estado con los amigos por ahí, subí al castillo... Siempre que puedo me doy una vueltecilla.

—Sigue siendo para usted un chute de energía, ¿no?

—Hombre, es tu pueblo, son tus recuerdos, tus paisajes, tus amigos. Además, en Jaén se come estupendamente, con lo cual si te tiras dos o tres días por allí, está muy gracioso.

—¿Eso no es 'peligroso', Rosario?

—Claro, luego os hincháis y ponéis todos muy gordos. 

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