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viernes, 3 de julio de 2020

CAMPESINO Y VANGUARDISTA // Gabriel Ureña Portero // DIARIO JAÉN 01.07.2020

Campesino y vanguardista

GABRIEL UREÑA PORTERO
Se cumplen 60 años del fallecimiento de Rafael Zabaleta, el pintor-campesino y vanguardista en la postguerra del pasado siglo, el “Cézanne español”, de la Academia Breve de Crítica de Arte, según Eugenio d´Ors. En ciudades como Madrid y París; Barcelona, Sevilla y San Sebastián, dejó constancia de su personalidad como hombre solitario y solidario con la España campesina y rural; silencioso en tertulias en que le delataban la iluminación de sus ojos; predispuesto a la libertad en la elección de temas y en su práctica pictórica; sin perder jamás la ligazón de su obra con la naturaleza; hombre de bondad con aire de filósofo paseante que miraba las cosas y pensaba las esencias. Su gracia campesina no pasó desapercibida ni a Picasso ni a Manuel Ángeles Ortiz. “Mezcla la pintura con la siega y la recogida de la aceituna”. Pero el Zabaleta directo, rústico, vestido de “trajes de paño grueso”, mostraba también su refinamiento cultural ante los más sensibles poetas, críticos de arte y literatos de la época. Localista y europeísta —“tengo un pie en Quesada y el otro en el mundo”—, vivía y pintaba con profundidad existencial y enorme fuerza expresiva. Desde el ensimismamiento en el paisaje vislumbraba el misterio y la sacralidad artística. Aquellos campesinos silentes, inmóviles, hieráticos, con la mirada perdida en el vacío, complementaban a esas otras campesinas “turgentes” o las escenas festivas y populares. Disponía de extraordinarios recursos para la representación del cosmos propio. Su inteligencia le llevó a conocer las claves de la pintura de la generación del 98 y también con las vanguardias: desde el surrealismo freudiano al cromatismo de Matisse, desde la geometría de Cézanne al expresionismo de Dufy y al poscubismo picassiano... “Neofauvista ibérico” le llamó alguno; otro se refirió a él como “el más fierista de los pintores españoles” y hasta como “el que irrita los colores”. Lo cierto es que el color en su pintura, en apertura dialéctica con la luz; el dibujo con arabescos ordenadores; la estructura planimétrica, exenta de rigidez, sublimada por su aparente ingenuidad, le llevan a construir arte de excepcional calidad y singularidad. Rafael Zabaleta sigue siendo, por humanidad, estética y obras, uno de los grandes del arte español contemporáneo.

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