CULTURA
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Jaén es olivar del esfuerzo o de la melancolía, según lo describa Miguel Hernández o Antonio Machado. Y es Dios entre los pucheros del convento carmelita que guarda, amén de una carta de Santa Teresa de Jesús, el manuscrito del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz, místicos que dejaron huella en la provincia en la que nacieron Jorge Manrique, Antonio Muñoz Molina y Juan Eslava Galán. Con estos mimbres teje la Diputación grandes rutas literarias.
La administración provincial aprovecha que Jaén es una zona cero de la alta literatura, cuna o refugio de sublimes de las letras. Como Hernández, que alumbró en ella a sus aceituneros altivos, niños yunteros con voz de hombre amamantados con cebolla. O como Machado, que, en Baeza, recién muerta Leonor, dotó de una calma de lago a sus estrofas, en tanto que Úbeda, transfigurada en Mágina, es marco del exquisito estilo de Muñoz Molina.
Por su trasfondo turístico, esto es, económico, la iniciativa evidencia que a veces es preciso hermanar a las matemáticas con la literatura. El presidente de la Diputación, Francisco Reyes, expone que al utilizar la literatura como eje de rutas culturales la administración provincial pretende desarrollar una oferta diferenciada en el ámbito del turismo de interior, donde existe una gran competencia, a fin de dotar a la provincia de atractivos singulares.
El proyecto de la Diputación, explica su presidente, permitirá descubrir espacios de la provincia adheridos a escritores autóctonos (Jorge Manrique, Antonio Muñoz Molina y Juan Eslava Galán) o foráneos (Santa Teresa de Jesús, Antonio Machado, San Juan de la Cruz y Federico García Lorca). Se trata de situar a estos autores, para evocarlos, en los paisajes, pueblos y ciudades que forman parte de su biografía y de su obra.
Así, Úbeda es un personaje en diversos libros de Muñoz Molina. Y los de Eslava Galán, natural de Arjona, están repletos de referencias a lugares y aun personas de la provincia. También el paisaje y el paisanaje de Baeza están insertos en la obra de Machado, mientras que Miguel Hernández, que enhebró en Jaén parte de sus mejores poemas, vivió durante la Guerra Civil en la calle Llana de la capital, donde en otra vía, Carrera de Jesús, recaló García Lorca.
Miguel Hernández cuenta con un museo en Quesada, cuna de esposa, Josefina Manresa, tras adquirir la Diputación el legado del escritor alicantino. Machado da nombre a la sede de la Universidad Internacional de Andalucía de Baeza, donde permanece casi intacta, casi con monotonía de lluvia tras los cristales, el aula del Instituto Santísima Trinidad en el que impartió la asignatura de francés. Y en Segura de la Sierra permanece la casa donde nació Jorge Manrique.
San Juan de la Cruz, por su parte, cuenta con un museo en Úbeda, donde falleció en 1591, en tanto que el manuscrito de la obra cumbre de la mística, el Cántico Espiritual, obra del fraile de Fontiveros, forma parte de la biblioteca del convento de las carmelitas descalzas de Jaén. En otro convento de la orden, el de Beas de Segura, fundado por la propia Teresa de Jesús, se encuentra la celda en la que descansaba la santa abulense.
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