sábado, 28 de junio de 2014

SETDART SUBASTAS. SUBASTA DE UN ZABALETA

Rafael Zabaleta 1946
"Jardín de Quesada bajo la nieve"


Ir al enlace:
http://www.setdart.com/subasta/displayimage/meta=search/pid=410180/


DESCRIPCIÓN

ZA­BA­LE­TA FUEN­TES, Ra­fael (Que­sa­da, Jaén, 1907 – 1960).
“Jardín de Quesada bajo la nieve" (Parque nevado).
Óleo sobre lien­zo.
Fir­ma­do en la zona in­fe­rior iz­quier­da.
Me­di­das: 50 x 61 cm; 76 x 86 cm (marco).
Obra re­fe­ren­cia­da.
En esta obra Ra­fael Za­ba­le­ta cons­tru­ye un es­ce­na­rio som­brío y poé­ti­co, tra­ba­ja­do con un len­gua­je re­du­ci­do a su esen­cia, enor­me­men­te ex­pre­si­vo en su sim­pli­ci­dad, ba­sa­do en el con­tras­te entre la ra­cio­nal com­po­si­ción y la libre dis­po­si­ción de las ramas pe­la­das de los ár­bo­les, que se en­ma­ra­ñan crean­do una suer­te de ce­lo­sía que cubre el cielo, man­te­nien­do su trans­pa­ren­cia.
Na­ci­do en el seno de una fa­mi­lia aco­mo­da­da, Ra­fael Za­ba­le­ta ma­ni­fies­ta ya desde niño su afi­ción a la pin­tu­ra, por lo que tras fi­na­li­zar sus es­tu­dios de ba­chi­lle­ra­to se tras­la­da a Ma­drid e in­gre­sa, en 1925, en la Es­cue­la Su­pe­rior de Be­llas Artes de San Fer­nan­do. Allí ten­drá como maes­tros a Lai­nez Al­ca­lá, Ce­ci­lio Pla e Ig­na­cio Pi­na­zo, y en 1932 par­ti­ci­pa por pri­me­ra vez en una ex­po­si­ción co­lec­ti­va, la de los alum­nos de San Fer­nan­do. Una de sus obras, ti­tu­la­da “La pa­re­ja,” será se­lec­cio­na­da para ilus­trar la re­se­ña crí­ti­ca que Ma­nuel Abril rea­li­za para la re­vis­ta “Blan­co y Negro”. Tres años más tarde Za­ba­le­ta rea­li­za su pri­mer viaje a París, donde co­no­ce y es­tu­dia las obras de los maes­tros de la pin­tu­ra con­tem­po­rá­nea. En 1937 es nom­bra­do de­le­ga­do del Te­so­ro Ar­tís­ti­co Na­cio­nal, y tam­bién por estas fe­chas ini­cia una serie de di­bu­jos sobre la Gue­rra Civil. Al ter­mi­nar la con­tien­da fue de­nun­cia­do, y pasó bre­ve­men­te por el campo de con­cen­tra­ción de Hi­gue­ra de Ca­la­tra­va y por la cár­cel de Jaén, donde le son in­cau­ta­dos los dos ál­bu­mes de di­bu­jos rea­li­za­dos du­ran­te la gue­rra. Fi­nal­men­te li­be­ra­do, en 1940 se ins­ta­la en Ma­drid, donde asis­te a las ter­tu­lias del Café Gijón y di­bu­ja y pinta en el Círcu­lo de Be­llas Artes. Dos años más tarde vi­si­ta a Au­re­lio Bios­ca, di­rec­tor de la ma­dri­le­ña ga­le­ría Bios­ca, con una carta de pre­sen­ta­ción del es­cul­tor Ma­no­lo Hugué. Allí ce­le­bra­rá su pri­me­ra mues­tra in­di­vi­dual ese mismo año, tras ser re­cha­za­do en la Ex­po­si­ción Na­cio­nal de Be­llas Artes. Sin em­bar­go, al año si­guien­te par­ti­ci­pa en el Pri­mer Salón de los Once y pasa a for­mar parte de la Aca­de­mia Breve de Crí­ti­ca de Arte de Eu­ge­nio d’Ors, a la que tam­bién per­te­ne­cía Bios­ca. Za­ba­le­ta to­ma­rá parte en la ma­yo­ría de sus Sa­lo­nes de los Once y ex­po­si­cio­nes an­to­ló­gi­cas. En 1945 Za­ba­le­ta par­ti­ci­pa en la co­lec­ti­va “Flo­re­ros y bo­de­go­nes” rea­li­za­da en el Museo Na­cio­nal de Arte Mo­derno, mien­tras sigue ex­po­nien­do in­di­vi­dual y co­lec­ti­va­men­te en ga­le­rías de la ca­pi­tal. En 1947 rea­li­za su pri­me­ra mues­tra per­so­nal en Bar­ce­lo­na, en la ga­le­ría Argos, y se pu­bli­ca su pri­me­ra mo­no­gra­fía. Dos años más tarde viaja de nuevo a París, en­tran­do en con­tac­to con Pi­cas­so, Óscar Do­mín­guez, M. Án­ge­les Ortiz y otros. El año de su de­fi­ni­ti­va con­sa­gra­ción será el de 1951, cuan­do ce­le­bre una ex­po­si­ción in­di­vi­dual en el Museo de Arte Mo­derno de Ma­drid. En 1955 ob­ten­drá el Pre­mio de la UNES­CO en la Bie­nal His­pa­noa­me­ri­ca­na de Bar­ce­lo­na. Ese mismo año par­ti­ci­pa en la Bie­nal del Me­di­te­rrá­neo ce­le­bra­da en Ale­jan­dría, y rea­li­za una ex­po­si­ción per­so­nal en Bil­bao. Du­ran­te sus úl­ti­mos años Za­ba­le­ta será un ar­tis­ta ya ple­na­men­te re­co­no­ci­do, in­vi­ta­do a las más im­por­tan­tes ex­po­si­cio­nes y sa­lo­nes tanto en Es­pa­ña como en ciu­da­des ex­tran­je­ras de la im­por­tan­cia de París. La co­lec­ción más im­por­tan­te de su obra se en­cuen­tra en el Museo Za­ba­le­ta de Que­sa­da, si bien tam­bién está pre­sen­te en los más pres­ti­gio­sos mu­seos del mundo, en ciu­da­des como Bue­nos Aires, Nueva York o Tokio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario