domingo, 8 de enero de 2017

2017 "AÑO MIGUEL HERNÁNDEZ"


 

 

 

Las abarcas desiertas

 

Por el cinco de enero, 
cada enero ponía 
mi calzado cabrero
a la ventana fría.
  
Y encontraban los días, 
que derriban las puertas, 
mis abarcas vacías, 
mis abarcas desiertas. 

Nunca tuve zapatos, 
ni trajes, ni palabras: 
siempre tuve regatos, 
siempre penas y cabras. 

Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río, 
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío. 

Por el cinco de enero, 
para el seis, 
yo quería que fuera
el mundo entero 
una juguetería. 

Y al andar la alborada 
removiendo las huertas, 
mis abarcas sin nada, 
mis abarcas desiertas.

Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana 
para ver el calzado 
de mi pobre ventana.

Toda gente de trono, 
toda gente de botas 
se rió con encono 
de mis abarcas rotas.

Rabié de llanto, 
hasta cubrir de sal mi piel, 
por un mundo de pasta 
y unos hombres de miel. 

Por el cinco de enero, 
de la majada mía 
mi calzado cabrero 
a la escarcha salía. 

Y hacia el seis, mis miradas 
hallaban en sus puertas 
mis abarcas heladas, 
mis abarcas desiertas.

 http://www.lacronicadesalamanca.com/151968-las-abarcas-desiertas/

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