Quesada, territorio museo
José Luis Verdes. El municipio destinará 211.000 euros para crear un espacio dedicado al pintor, hijo predilecto de la localidad, que se sumará a los museos Rafael Zabaleta y Miguel Hernández
El Ayuntamiento de Quesada ha abierto la fase de licitación destinada a contratar a la empresa encargada de la construcción del nuevo museo, cuyas obras están presupuestadas en 211.104 euros. El nuevo espacio museístico, que contará con un plazo de ejecución de cuatro meses, irá ubicado en los bajos del actual Museo Zabaleta, en una zona prevista inicialmente para aparcamiento y que en la actualidad alterna dicho uso como zona de almacenamiento y exposiciones temporales. El Museo José Luis Verdes formará parte, pues, de la geometría de un edificio de forma alargada, que consta de tres plantas y una plaza porticada exterior.
Distribución interior
El programa de necesidades elaborado por parte de la actual corporación se compone de una gran sala de exposición, compartimentada mediante tabiques móviles y en la que se desarrollará el programa museográfico que elaborará la empresa de gestión de museos Musaraña SL. Se habilitarán también nuevas zonas de almacenamiento y un muelle de descarga para todo el edificio. Además de estos espacios propios del nuevo museo, el edificio cuenta con otros subordinados a estos usos como los aseos existentes, recepción, administración y un vestíbulo de comunicación.
El espacio escénico albergará alrededor de un centenar de obras, entre las que se encuentran las que el artista donó en vida al Ayuntamiento, así como otras adquiridas por el Consistorio en los últimos años. A ellas se sumará una colección de 30 piezas de la exposición que Verdes llevó al Retiro madrileño en homenaje a Europa, a finales de la década de los 80, donación que está dispuesta a realizar la familia del pintor.
Verdes, que transitó por todas las formas de expresión artística, desde el hiperrealismo y el realismo crítico a la abstracción y el grabado, y que simultaneó su labor creadora con la gestión del patrimonio familiar en Quesada, ha estado siempre vinculado a la ciudad de la sierra, tanto que el segundo premio del Certamen Rafael Zabaleta lleva su nombre, cada año se celebra en su honor desde hace medio siglo un concurso infantil de pintura y uno de los dos colegios de la localidad lleva su nombre.
El alcalde, Manuel Vallejo, afirma que de esta forma la ciudad salda una deuda con un artista que llevó el nombre de Quesada por todo el mundo. El regidor agradece la implicación y generosidad de la familia a la hora de respaldar este proyecto del Ayuntamiento, que bien podría hacerse realidad a lo largo de 2021, veinte años después de la muerte del artista.
Autor del 'Mito de la Caverna'
Verdes nació en Madrid en 1933. A los 25 años trasladó su residencia a Quesada, ciudad en la que Rafael Zabaleta orientó su vida artística a través de la amistad que mantuvieron. En 1969 regresó a Madrid para vivir, aunque seguiría viajando a Quesada con gran frecuencia. De espíritu inquieto, con un lado melancólico y solitario y otro alegre y desenfadado, a lo largo de su trayectoria fue quemando etapas en sus estilos y formas de interpretar un arte el suyo que anduvo siempre vinculado a su carácter ciclotímico y a su espíritu aventurero que le llevó a embarcarse en numerosos proyectos. Su obra se encuentra repartida por museos y colecciones de la importancia del Reina Sofía, Casa Real o Pinacoteca de los Duques de Alba.
Su carrera artística estuvo llena de galardones en todo el mundo. En 1972 obtuvo la Bienal de Alejandría y en 1975 la XIII Bienal de Sao Paulo por su controvertido 'Mito de la Caverna', obra cumbre sobre el drama de vivir que estuvo expuesta en el Museo Provincial de Jaén, pero que el autor retiró alegando que se exhibía en precarias condiciones al no contar con los soportes técnicos precisos. Verdes siempre quiso que su 'Mito de la Caverna' acabara en el Reina Sofía. Con este deseo le sobrevino en 2001 la muerte en Madrid. Tras ser incinerado en el crematorio de la Almudena, y siguiendo sus deseos, la familia trasladó sus cenizas hasta la aldea quesadeña de Collejares para ser arrojadas al Guadiana Menor.
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